Gutiérrez de Alba destacó principalmente por ser poeta y dramaturgo. Nacido en Alcalá el 2 de Febrero de 1822, comenzó estudiando latín y griego en los jesuitas de Sevilla, para luego empezar a estudiar Filosofía y Derecho en la Universidad de Sevilla.
Fue ya entonces que a pesar de estar yendo hacia un perfil diferente, como era el de jurista, comenzó a tantear con la literatura, escribiendo su primera novela La Tapada y su primera obra teatral.
Mientras estudiaba Derecho y desarrollaba su faceta literaria participa en el periódico sevillano El Centinela de Andalucía, participación que no le impidió realizar su obra Fábulas políticas, de temática algo polémica en la época. Temática que siempre le perseguiría.
Sin negarse a abandonar ninguna de sus facetas personales se traslada a Madrid en 1847 para terminar sus estudios en Derecho. Aun así su perfil se iba encaminando más hacia su pasión, las letras. Permaneció en la capital hasta 1870, haciendo un paréntesis de un año por exilio, donde elaboró la mayoría de sus obras teatrales, a la vez que colaboraba con importantes periódicos nacionales. Entre estas obras destacó Diego Corrientes o El Bandido generoso, estrenada en el teatro madrileño del Instituto Español, de carácter dramático, con el que alcanzó un notable éxito y una consagración del propio autor como un excelente dramaturgo.
Su queja política le costó ser condenado a diez años de cárcel, condena que evitó emigrando a Francia, concretamente a París. Gracias al nacimiento de Alfonso XII, su madre Isabel II concedió una amnistía para el tipo de condena al que estaba penado, lo que le hizo volver a España de nuevo.
Ya en nuestro país, y no escarmentando su condena por expresar su opinión libremente contra la autoridad política, participa activamente en la revolución de 1868 contra Isabel II para propiciar su abandono del trono de España.
Abandonando Madrid en 1870, tomó rumbo hacia Bogotá, a cargo de una importante misión en las colonias españolas de América. Aquí vivió trece años, fundando un nuevo periódico llamado El Charco, donde no perdería su faceta periodística. También tuvo tiempo para la creación de nuevas obras, como su libro de viajes con ilustraciones propias titulado Impresiones de un viaje a América.
Tras este periodo regresa a Alcalá de Guadaíra, regresa con "nosotros". A su llegada a su pueblo natal se le reconoce toda su trayectoria profesional a través de la creación de un cargo especialmente para su persona, siendo éste el de bibliotecario municipal, puesto que le ayuda económicamente ante su mala situación personal. Quedaría aquí hasta el día de su muerte, el 27 de Enero de 1897, fecha hasta la cual tuvo tiempo de escribir poesías, alguna que otra obra teatral y artículos periodísticos para periódicos de la capital. Su última obra fue Mi confesión general, de carácter autobiográfico, la cual nunca fue publicada.
Gutiérrez de Alba fue un escritor de obra muy abundante, llegando a publicar más de cien libros, caracterizados principalmente por su convicción por la revolución liberal, destacando temas como los desvaríos de la corte, las ambiciones de los hombres públicos o la relajación de las costumbres.
Alcalá ha sabido reconocer la trayectoria de este autor, tanto en vida como después de ella. Ejemplo claro es el teatro que lleva su nombre, una importante calle, o una escultura con su busto en la plaza del Cabildo.
Ahora ya podemos decir con orgullo quién fue José María Gutiérrez de Alba, y podemos saber con propiedad por qué nuestro teatro lleva su nombre. Una de las personalidades artísticas más importantes de nuestra ciudad en la historia.
Fuentes: Wikipedia y Sevillapedia
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